lunes, julio 24, 2006

"Trabajando"

Boooriiing!!! de nuevo "trabajando" y es que no hay nada como un trabajo donde puedas aburrirte. Pero bueno aunque eso no quiere decir que a veces pases cosas de lo más inesperadas, como por ejemplo encontrarte a un tío durmiendo en el pasillo por que se había pelado con la mujer, la cual no le dejaba entrar en la habitación. O aquella vez que salto la alarma de incendios por culpa de dos chicas que estaban cocinando.

Ahora el hecho de que me de tiempo a tocarme los huevos no quiere decir que no tenga ciertas responsabilidades, que se resumen principalmente en dar y recoger llaves y prepara el rack y la facturación del día siguiente, cosas que se hacen en dos o tres horas, dependiendo la ocupación del hotel. El resto del tiempo es para hablar, ver películas, leer o actualizar mi blog, y es que no hay nada como no sentir la presencia de tu jefe.

El otro día me di cuenta de mi facilidad para encontrar trabajos combos, y es que ya he no-trabajando en dos hoteles en los que no hacía prácticamente nada. A eso hay que sumar mi alucinantemente no-trabajo en Austria. En fin en algo tenia que tener suerte.

miércoles, julio 19, 2006

El relativismo temporal/distribución de tiempo

El tiempo, algo que fluye a través de sí mismo con regularidad y periodicidad matemática. O puede que eso sea lo que nos quieren hacer creer ¿Nunca se os ha pasado el tiempo inusualmente lento? ¿O rápido? ¿No será el concepto tiempo una invención de las compañías relojeras? ¿O quizás algo con lo que fastidiarnos en las clases de física donde se nos plantean los típicos y odiosos problemas de cinemática?

Hace exactamente un mes y nueve días que volví de mi "exilio" voluntario en Austria y ahora mis recuerdos de ese país parecen tan distantes. No, no han pasado años, aunque para mí lo parezca. Eso me hace reflexionar sobre como vemos el tiempo. A las 23:30 tengo que entrar a trabajar y a las 7:30 salgo. Se supone que siempre pasa el mismo tiempo entre la entrada y la salida: 16 horas de libertad. Pero el cómo pasan esas horas ya es otra cosa, hay días que se me antojan eternos, mientras que otros se me pasan volando ¿Qué es más importante como transcurre el tiempo o como se nos transcurre este? Aunque sin duda alguna lo más importante es lo que hacemos con él, así que al carajo la pregunta de antes. Además seguramente lo que hacemos con nuestro tiempo afecta al "tiempo" que tarda el tiempo en trasncurrirnos.

Vivimos en el mundo de la inflexibilidad temporal; a tal hora entras a trabajar, a tal hora sales, tenemos franjas horarias para comer y ¡joder! Hasta anuncian por la tele cereales para cagar siempre a la misma hora (más conocido como principio de la regularidad de Kellogs). Somos los vasallos de dos agujas que giran en torno a la esfera, una esfera que representa nuestro tiempo. Pero ¿Por qué si es nuestro tiempo vivimos controlados por él? Es cierto que el mundo actual sería un caos si dejáramos de hacer caso a esas dos agujas, (*suspiro) nuestra sociedad es tan reticente a los cambios (por lo menso a los que no aportan beneficios económicos). Un rebelde en un mundo de vasallos, un rebelde que se cansa de luchar incluso antes de la gran batalla, un rebelde de causa perdida. Yo no quiero ser eso.

Quizás la solución sea una mezcla entre comprender y aceptar a nuestra estricta sociedad (siempre sin doblegarse a ella) y hacer lo que realmente queremos con algunas lamentables concesiones (a evitar). Según nuestros grandes soñadores racionales, el decir los físicos el tiempo es un concepto infinito, pero nuestro tiempo se acaba o por lo menos el tiempo que se nos ha concedido en esta vida, o en esta dimensión, o donde sea. Así que quizás lo mejor sea encontrar un punto de equilibrio, o hacer una lista de prioridades.

Ojo: este post no es una auto-excusa para llegar tarde, así que nadie lo use para eso. No olvidemos el concepto compromiso, si te comprometes a gastar tu tiempo con alguien, no jodas al otro haciéndole perder su tiempo.

viernes, julio 14, 2006

Una noche cualquiera en Tarifa

Esta es una de estas cosas que pasan mientras uno esta tranquilamente en su casa, y todo empieza con el sonar del timbre.

Bueno empecemos. Erasé una vez que se era, que tres tíos chungos (Robles, David y Roberto) que se presentan en casa de un atractivo y apuesto joven (que por supuesto era yo) y le proponen un viaje a lo plan aventura, de estos que no se planean y que suelen acabar siendo los mejores, aunque bueno en algunos casos hay que confesar que no. Pero en concreto este empezó y acabo bien, por lo menos para mí. Aunque el destino del viaje nunca tuvo importancia y de hecho no se decidió hasta casi él ultimo momento el viaje acabo en la ventosa tarifa.

El viaje, sin duda peligroso debido al conductor asignado (Roberto), empezó con un poco de retraso ya que intentamos enrolar más gente a la aventura, al final solo conseguimos que Mónica (la loca) se uniera a nosotros, así que los 4 (Robles se rajó por que al día siguiente trabajaba) nos dispusimos a partir. Tras la llegada a las 12 de la noche a Tarifa, dimos un pequeño paseo por el pueblo y al final después de mucho comparar entramos por fin a un sitio a tomar algo. Tras lo cual nuestra mermada economía nos sugirió irnos a la playa de bottellón. Y allí estabamos a orillas del océano Atlántico, con un cubo de fregar lleno de tinto de verano y tan felices que éramos con nuestras conversaciones como siempre tan estúpidas como nosotros mismos, referente a los actos bueno algunos son censurables y otros no tanto, como el hecho de que yo y otro más de nosotros (no diré quien por si le molesta) se bañara en pelotas en el mar (pero de buen rollo, sin mariconadas) mientras que los otros dos más tímidos decidieran hacerlo con algo de ropa.

Pero todos los viajes acaban, que sería sino del pobre síndrome pos-vacacional y ya de mañana emprendimos el viaje a mi pequeña prisión sin barrotes: Fuengirola. En conclusión un viaje para recordar en compañía de gente para nunca olvidar. Espero que nos animemos más a menudo para hacer cosas de esta.