jueves, junio 07, 2007

WIC & VOC

En plena guerra de independencia frente a los españoles la aún no creada Holanda, que por aquel entonces era conocida como “La republica de los 7 países bajos unidos” la cual englobaba a 7 provincias norteñas de los países bajos agrupados en la unión de Utrecht (1579) formaron dos compañías la Compañía holandesa de las Indias Orientales ( en holandés: Verenigde Oostindische Compagnie ) o VOC y la Compañía holandesa de las Indias Occidentales (en holandés: West-Indische Compagnie) más conocida como WIC. Estas dos compañías convirtieron a Holanda entre los siglos XVII y XVIII en la principal potencia económica, comercial y militar europea y en uno de los países más ricos del mundo.

La VOC o compañía de las indias orientales fue la primera en aparecer, fue fundada en 1602 cuando los estados generales de los países bajos le concedió un monopolio de 21 años para comerciar con Asia y que después se prolongaría durante casi dos siglos. La VOC se convirtió en la primera corporación multinacional con sedes en Batavía (Yakarta) donde tenía su sede principal, Indonesia, Holanda, Irán, Srî Lanka, Malasia, Tailandia, China, India y Nagasakyi (Japón) el cual era el único puerto japonés donde se comercializaba con Europa. La principal actividad de esta compañía era el comercio, importando a Europa artículos imposibles de encontrar en el viajo continente, tales como especias, té… pero además exportaba a Europa artículos de lujo como por ejemplo muebles y porcelana de Japón y china. En su auge en 1669 la VOC era la compañía más rica del mundo con 150 buques mercantes, 40 buques de guerra, 50.000 empleados y un ejército de 10.000 hombres. Las continuas guerras con Inglaterra, la cual se veía amenazada y superada como potencia comercial y la piratería que esta compañía sufría por parte de los corsarios británicos acabaron por arruinarla en 1798.

Su homóloga la WIC fue creada en 1621 y se le concedió el monopolio comercial entre Holanda y las indias orientales que comprendían África occidental (hasta el cavo de buena esperanza) y las colonias holandesas en América del norte, América del sur el caribe. Pero todo eso no era más que un pretexto, pues la principal misión de la compañía fue el tráfico de esclavos entre África y América y la piratería a los galeones españoles y portugueses. Todo bajo la máscara de un falso comercio, que aunque se realizaba a una escala considerable solo constituía un objetivo secundario. Aunque al contrario que su hermana mayor la VOC a la WIC no se le permitía emprender acciones militares sin la aprobación del gobierno Holandés, el cual se servía de esta compañía para expandir su territorio hacia occidente, lo cual no llego a realizarse o al menos no con la eficacia deseada ya que solo se conquistaron algunos territorios portugueses en Brasil, así como algunas islas caribeñas y Nueva Amsterdam (la cual abarcaba las actuales Nueva York, Delaware, Connecticut y Nueva Jersey). Pero al igual que paso con la VOC, las guerras con Inglaterra, la cual conquisto parte de los territorios Holandeses occidentales como Nueva Ámsterdam y la recuperación por parte de brasil de sus territorios perdidos en Brasil debilitaron mucho a la compañía la cual tuvo que replegarse perdiendo el control comercial con las colonias y gran parte de su poder naval, por lo que tuvo que abandonar también la piratería. Tras estos reveses la WIC se concentró principalmente en el tráfico de esclavos entre África y las posesiones conservadas en Surinam y las Antillas. Después de que los ingleses se hicieran con el control de Surinam la situación se hizo insostenible para la compañía la cual vendió todas sus acciones al gobierno holandés en 1791 a partir de entonces los territorios bajo el control de la WIC pasaron a pertenecer al recién formado reino de Holanda.

La WIC y la VOC representaron durante casi dos siglos el poder tanto económico como militar y colonial de Holanda. Siendo estas dos empresas en parte las responsables de la edad dorada de los países bajos que abarcó todo el siglo XVII y parte del siglo XVIII.