Por fin con el té en la mano y con algo más de inspiración, me dispondré a contar que tal estos últimos días por aquí. Lo cierto y aunque muchos no os lo creáis (yo casi tampoco) lo que más he hecho ha sido deporte, eso si deportes de invierno claro: esquí de fondo y trineo. Con el esquí empecé el jueves por la mañana y seguí el viernes, bueno no se me daba tan mal, pero hasta ayer tenía unas agujetas terribles, no sabéis lo que cansa. Pero después de un poco de deporte unas cervecitas lo arreglan todo y es que las juergas no han faltado tampoco este fin de semana. El jueves estuve en casa de mi profesor de alemán en una fiesta con sus amigos austriacos que habían venido de vacaciones, o sea una fiesta de borrachos vamos. El viernes salí un poco por ahí aunque estaba tan cansado después del esquí que tuve que irme a casa pronto para dormir, el día siguiente seria duro.
Como os dije antes también estuve con el trineo, en concreto en Neukirchen, que es un pueblecito de por aquí cerca donde se encuentra la pista de trineo más larga de Europa, en total más de 7 Km. de recorrido repleto de curvas. Para aquellos que no sepáis como funciona muy bien lo del trineo, os diré que en cada trineo van dos personas, el conductor, que va delante y el ‘copiloto derribador’ detrás, la función del segundo es vigilar la “cola” y decir al conductor por donde van a adelantar los otros para cerrarles el paso. Como es evidente la función del conductor es dirigir el trineo, lo cual debe hacerlo con los pies, pues el trineo no tiene volante ni frenos. Otra función del ‘copiloto derribador’ es tirar bolas de nieve, agarrar, empujar, desestabilizar… a los contrincantes que intentan adelantarte, todo vale. Vamos bastante divertidamente y emocionante, pero a veces peligroso jeje. Mi compañero de trineo Herwig y yo nos turnábamos en los puestos, pero a mi conducir no se me da muy bien, ya que me salí en una de las curvas y fui a parar de cabeza a un arroyo :-) así que tuve que descender 3 Km. mojado, pero afortunadamente levaba ropa buena y el arroyo estaba parcialmente congelado así que no me moje demasiado, aún así pasé bastante frío. Más tarde me di otra ostia pero esta vez fue por culpa de un ‘copiloto derribador’ adversario. Al final le cogi el tranquillo al asunto y conseguimos llegar de los primeros, cosa que no esta mal para un malagueño, que no esta acostumbrado a la nieve. Se tardaba poco más 20 min. en subir a la montaña (Wildkogel de 2200 m aprox.) en teleférico y más de 1 hora en bajar por la pista de trineo o Rodellwann como se le llama por aquí. La pista empezaba a 2100 m de altura y acababa a unos 800 m y como ya he dicho tiene más de 7 Km. de recorrido.
Tras tan emocionante descenso volvimos a casa donde después de una reconfortante ducha nos fuimos un concierto de Jazz en Mosquito, un Pub español que hay en Mittersill, la banda era magnifica disfruté mucho del concierto, después la noche aún era joven y nos fuimos de marcha. Pero el domingo ¡¡¡¡Hhhaaaaayyy!!!! Me dolían todos los huesos de mi cuerpo, así que me lo tome de relax y esoestoesoestoesoesto... eso es todo amigos (por ahora).