La pista esta en medio de una montaña y para acceder a ella, hay que andar un “poquito” con el trineo a cuestas, por un camino que va desde la pista de esquí de fondo de Mittersill hasta un Gäshof (algo así como una posada) que hay perdido por el monte. La primera vez que me lancé por la pista fue pa probar el asunto, y bueno con deciros que me hinche de comer nieve os hacéis una idea no. La segunda fue siguiendo las tradiciones austriacas, es decir hacerlo medio borracho (también es válido hacerlo completamente borracho) así que nos fuimos a la posada esa a beber glüwine (el famoso vino caliente ese del que os he hablado tanto) y después bueno, después nos fuimos jugarnos la vida otra vez. Aunque no se como pero la segunda vez me fue mejor que la primera.

Como experiencia deciros que esta de puta madre (de vez en cuando esta bien eso de vacilarle a la integridad física) y espero poder repetirlo más veces, porque me lo pase como un niño, vamos que muy bien. Aunque el que mejor se lo pasó sin duda fue mi profesor de alemán, que se hinchaba de reír cada vez que me caía.
Pfiati.
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