A cagar con el 2006

Como todos los años en estas fechas uno ve su correo saturado de infinidad de Christmas navideños, mientras los propósitos de año nuevo ven la luz y algunos hacemos balance sobre un año que por ventura o desventura no volverá a transcurrir salvo en nuestros recuerdos.

Me gustaría poder desearos feliz navidad, pero para mí sería tan indiferente como desearos un feliz Ramadan, o un feliz Sabbath. Supongo que es lo que tiene el agnosticismo. Aunque nunca estuvo mal eso de tener más días de vacaciones. De todas formas siempre me gusto más desear feliz año nuevo y aunque el tiempo no entiende de números, supongo que para nosotros el asignar uno nuevo a este, puede ser como un nuevo empezar para muchas cosas, el principio de una nueva verdadera o falsa esperanza. Supongo que eso es lo bonito del año nuevo. Solo espero que podáis mirar atrás a lo largo de este agonizante 2006 y soltar una sonrisa o quizás una solitaria lágrima que os haga sentir que este año no ha pasado en vano.

Sinpas en Viena, hostias en trineo, amores frustrados, perdidas dolorosas, cervecitas en la grifería, esquiar, poyaques, paisajes inolvidables, encuentros y despedidas acompañados de abrazos de hermanos, fiestas vikingas, cenas brutales, parties con comida de perro, familiares tristes, el viento en mi cara en la ladera de una montaña nevada, los paseos por Salzburgo, las visitas inesperadas en el PYR, el Glühwein, las tazas de té en casa de Chrisina, los viajes con los amigos, reuniones para tomar el té en mi casa, cosas de gañote, napalm... En fin la verdad es que se me han escapado ya varias carcajadas y quizás un par de lágrimas. Solo me alegro de que este año no lo haya desperdiciado o por lo menos no del todo, pues aún me quedan muchas cosas pendientes. “Tal vez, algún día…”

Feliz 2006 y prospero 2007.