Seguimos de aniversario, este quizás es un poco más emblemático para mí que el anterior, ya que hoy se cumplen 365 días de mi llegada a Mittersill, ese pequeño pueblo que se convirtió en mi hogar durante 9 meses durante los cuales pase de casi todo menos calor.
Y allí en ese pequeño pueblo que nunca ninguno de vosotros jóvenes lectores habíais escuchado hablar de el, allí empezó mi aventura en Austria, de la que tengo muchos bonitos recuerdos: Como por ejemplo mi primer encuentro con el monstruo del poyaqué; mis primeros patinazos en el hielo (bueno esos recuerdos no son tan bonitos); mis primeras nevadas; las diferencias lingüísticas, que a veces se tornaban en cómicas situaciones; las escapadas con el trineo en las que casi siempre acababa con nieve en los gallumbos; mis leches esquiando; las tazas de té en casa de Christina; los sabrosos sorbos de cerveza Stiegl; los ebrios momentos en Kino bar; las excursiones con Herwig y los voluntarios; los paseos por Salzburgo y Viena; ese aire puro de montaña que aquí no puedo respirar y esos paisajes alpinos de cuento de hadas que tornaban en blanco o verde según el capricho de las estaciones. En fin y un largo etcétera que no cabrían sino en un post de épicas dimensiones, el cual dudo que alguien este dispuesto a leer.
Aunque también hubo momentos duros y difíciles es agradable recordar la experiencia globalmente con una sonrisa en la cara y ese es el mejor de todos los recuerdos de una experiencia que día a día se hace más distante, pero que siempre perdurará.
Dedicado a Christina & Herwig, las dos personas
que más me apoyaron en Mittersill.
4 comentarios:
Qué voy a decirte, chaval.
Que cuando uno ha tenido una grata experiencia en el extranjero te queda esa especie de nostalgia o de sensación que todavía te ancla a ese lugar. Y sobre todo en tu caso, que estuviste mucho más tiempo en Austria que yo en Inglaterra.
En fin, que me has sacado de la repetida indiferencia que últimamente sentía al leer cualquier cosa en la Red y me ha entrado hasta melancolía por tu jodido post :P ¡Serás cabrón!
En cuanto a eso que dices del "mega-post" que reúna todas tus vivencias en Austria, es cierto que habría que echarle muchos huevos para leerlo, pero, quién sabe, a lo mejor un día hasta me pillas con ganas y tiempo. Tú, prueba.
Hala, ahí queda eso.
Au revoir.
Tienes razón como hecho de menos a Mittersill y pensar que ahora lo recuerdo como si hubiesen sido dos o tres días. ay!(suspiro)
Un beso
Robles, estás de un sarcástico últimamente que es que no "pueo" con mi "arma", "shiquillo".
¿Os acordáis del paseo en helicóptero sobre las montañas? ¿Y de Annita, que nos invitó a su cabaña? ¿De cómo creímos ver al yeti?
Me encantaría volver.
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