sábado, noviembre 24, 2007

Capítulo 3: Donde quiera que vaya.

En Carabanchel escuchando Rosendo vuelven las ganas del desahogo electrónico, ahora solo falta dar rienda a ruido de las teclas. Lejos de “casa” con tantas cosas lejos o dejadas atrás, mientras otras son como sombras acompañándote donde quiera que vayas. Deseadas o no, ahí están siempre atentas. Sobrevendrán hoy, mañana, en 5 minutas… misteriosas son las emociones que nos calientan la sangre, nos inhiben la razón y licuan las lágrimas.

Dicho quedó darling, para que repetir.
No hay sitio para las lamentaciones.
Nada y mucho a la vez que sentir.
Frías noches sobre hirientes muelles.
Para nada efímero. Cuesta dormir.
Alejándome de ti, crueles realidades.

Te echo de menos…

Estas donde quiera que vaya. Gracias por calentarme la sangre, volverme imbécil y demás putadas. Así es mi emoción, lástima pero a veces la odio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me has desubicado, tío. No entiendo muy bien el mensaje de tu post: ¿el final va dedicado a la emoción? Es decir, ¿es la emoción la que te calienta la sangre y demás?
Es que no estoy muy profundo últimamente.

Por cierto, respondo a tu duda: confirmo que lo que narro en mi último post ha ocurrido en la realidad. Busca "diario de patricia" en un servidor de noticias, por ejemplo Yahoo.

See you in Málaga.

Anónimo dijo...

Es la nostalgia del viajero. A mí también me pasa cuando salgo de mi barrio.

RGL

Caminante dijo...

Hay fernando te digo que es muy gótico lo que escribes y te digono te me conviertas en un emo. Aunque creo que eso nunca ocurrirá tu melena rizada te lo impedirá siempre.

Ay pelo loco!

Anónimo dijo...

Cuando bajes a "la zona azul" (léase entrada a la frikipedia sobre Fagirola City) avisa para tomarnos unas cervezas.

Posdata: estoy con Caminante: ¡no te conviertas en un EMO!

¡¡¡EMO ASPAAAAAA!!!

-jcdenton (aka David Dungeon)